El Tribunal Supremo de Brasil falló en contra de la industria tabacalera, que había demandado a la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (ANVISA) porque había prohibido los aditivos aromáticos de los productos de tabaco. Al añadirse a las nuevas restricciones dictaminadas recientemente por ANVISA para la presentación de los productos de tabaco en los puntos de venta, esta prohibición refuerza la protección contra las estrategias de la industria destinadas a captar nuevos fumadores.
La Unión aportó su asistencia jurídica, técnica y económica para mantener esta norma, que fue la primera que se promulgó en el mundo, en 2012.
La industria tabaquera había denunciado a ANVISA arguyendo que no tenía competencia legal para regular sus productos. Una clara mayoría de los magistrados del Tribunal Supremo se pronunciaron a favor de que ANVISA esté facultada para dictar medidas regulativas. El tribunal también desestimó la solicitud de la industria de anular la prohibición de los aditivos, aunque dejó la puerta abierta para otras denuncias futuras que se basen en argumentos diferentes.
Brasil es el país más poblado de América Latina, ya que tiene 210 millones de habitantes. Es el segundo país productor de tabaco del mundo y su primer exportador. Pese a la fuerza de la industria del tabaco y del sector de cultivo de tabaco, Brasil es un líder del control del tabaco en la región desde hace más de veinte años. El país más que reducido en dos tercios el número de adultos fumadores, pasando de una tasa del 35 % en 1989 al 11 % en 2014.
La Unión apoya los esfuerzos de Brasil para controlar el tabaco desde hace más de diez años.